domingo, 3 de enero de 2016


MEMORIA DE LA SOMBRA

 

La Memoria de la sombra de un hombre, la humanidad la soporta; pero la Memoria de la sombra de una mujer, la humanidad la condena con crueldad.

 

La verdad, de la dureza de la vida, expresada en la boca de una mujer es una segura condena social.

 

La vida de Martha y la de Helena eran perfectas y apacibles hasta que llegó el día del primer aniversario de la muerte de su madre, Carmen Azorín.  Jamás se imaginaron que sus vidas serían estremecidas por la última voluntad de su progenitora.

Carmen Azorín, que había llevado una vida familiar y pública impoluta, deja sus memorias en un manuscrito (Memoria de la sombra) para que le llegue a sus hijas un año después de su muerte.  En el texto dejado está plasmado el infierno que fue su vida.  

Al leer Memoria de la sombra, las dos mujeres se encuentran con los demonios del pasado que saltan sobre ellas para destruirlas.  Su madre se les presenta como una total desconocida.  No pueden creer la historia contada en el manuscrito.

Las memorias dejadas por su madre les ensombrecen la vida a tal nivel que ni siquiera podían estar seguras de sus propios nombres.  Al final descubren que su progenitora le ha dejado la mejor enseñanza para que logren la felicidad plena.

 

Carmen no pudo vivir su vida.  La sociedad la hizo vivir otra vida que nunca eligió.

Al final de sus días decidió que no permitiría que la misma sociedad que le había arrebatado la vida, le arrebatase las vidas de sus hijas.

 

(Publicada en Estados Unidos de América)

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